El fútbol como sublimación del enfrentamiento totémico

Actualmente se desarrollan los enfrentamientos deportivos de la competición por el galardón más codiciado del fútbol: la copa mundial. No pueden pasar desapercibidas las fuertes pasiones colectivas que con el desarrollo de este evento estremecen a las masas de diferentes lugares del mundo y es posible explorar los fundamentos que sustentan la existencia de tal fenómeno psicosocial.

Es básico considerar que, en el contexto de una competición mundial de fútbol, pero también en escenarios menos amplios, este juego suele contener una fuerte carga simbólica: los jugadores son expuestos como los baluartes de un conjunto de signos sacros que intentarán imponerse frente a los signos sacros del otro equipo y vencer; en una competición mundial de fútbol la bandera que defenderá cada jugador es el tótem moderno de una Nación, otrora la tribu. Enviar a los guerreros de la tribu implica grandes costos y peligros para la comunidad, pues el resultado de la guerra primitiva es siempre incierto; el sacrificio y la magnitud de la incertidumbre son los condicionamientos de los que depende el sentimiento de la angustia colectiva que se transmuta en gritos, ansiedad y llanto ante el gol, símbolo de la invasión de una tribu en las tierras de otra y antonomasia de la lucha por los recursos que yacen en el lugar habitado por el otro, lucha que ha marcado la historia de la humanidad desde tiempos prehitóricos.

Sin embargo, existen diferentes hechos subyacentes a este enfrentamiento que se yuxtaponen a las circunstancias ambientales que llevan a la tribu al enfrentamiento y que están especialmente presentes en el fútbol: la sublimación del tánatos social y la catársis física.

La sedentarización explosiva de la especie Homo sapiens, la agricultura y la división del trabajo acentuaron una dependencia significativa con respecto al otro social, cuya existencia ha de ser preservada de la forma más eficaz posible, tomando así parte de la barbarie humana el camino de la sublimación colectiva mediante el proceso civilizatorio: se mata al otro, pero de forma simbólica, para evitar efectos nefastos sobre lo real, así como el canibalismo ritual-carnal da paso al canibalismo ritual-simbólico (el cuerpo biológico del otro que es reemplazado por la hostia y la sangre lo es por el vino). Es por ello que el alma moderna encontró en el fútbol la que quizás sea la práctica ritualizada más apta para tal fin; es un deporte que requiere fuerza y resistencia continuas, en el que hay que correr para invadir y finalmente conquistar el espacio imaginario del otro (el hombre no puede tener relación de pertenencia con la tierra más que imaginariamente); es un deporte en el que se puede patear el cráneo del otro, usando la patada como metáfora de la agresión violenta y la pelota como una alegoría de la voluntad de ese otro que es aplastada al ser despojado de sus sesos: puede darse lugar a la catarsis de lo que la modernidad etiqueta como lo ominoso del hombre.

Pero los procesos civilizatorios no siempre son completos o del todo eficaces; el desborde sin recipiente de euforia, la bacanalidad de muchos fanáticos tras los partidos en diferentes partes del mundo y la ruptura con el orden normativo en nombre de los guerreros de la tribu que se marchan a la guerra y que, eventualmente, triunfan son fenómenos profundamente humanos que emergen de la represión con una fuerza quizás mayor a la que originalmente les corresponde, siendo el proceso civilizatorio mismo, por estructura o abuso, la fuente de la represión: una aparente contradicción de dicho proceso.  

¿Cristianismo zoroastriano?

Con este video presento una introducción al tema del sincretismo religioso que se desarrolló gracias a una compleja historia entre el zoroastrismo y el judaísmo, lo que implicó una herencia y una impronta de los valores y la cosmovisión zoroastriana muy fuerte en el cristianismo: Influencias del zoroastrismo sobre el cristianismo

Las Cuatro Nobles Verdades del budismo


Después de haber buscado la realización interior con los rigurosos métodos de los ascetas, Siddhartha Gautama, de origen noble, logra alcanzar una suerte de iluminación gracias a la cual se dará cuenta de que la renuncia y el sacrificio extremos no son el camino, pero tampoco la opulencia ni la vida de placeres mundanos, un punto en el medio es lo adecuado; a esta epifanía de Buda se le denomina la Vía Media y, curiosamente, es también un principio filosófico propuesto más tarde por notables filósofos de la Antigüedad occidental.
Después de experimentar la iluminación más grande de su vida, el ahora Buda pedica en la ciudad de Benarés, revelando las Cuatro Nobles Verdades que, junto con el Sendero Óctuple y la Vía Media, son los pilares de la religiosidad budista.

Representación del Minotauro en su laberinto.


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Anselmo de Aosta y los principios de la Escolástica



En el contexto de la filosofía teológica de la Edad Media europea, Anselmo de Aosta (1033 - 1109), conocido por los católicos como San Anselmo, se encargará de darle continuidad a la preocupación agustiniana por una aproximación racional al dogma cristiano que, se asumía, se encontraba exclusivamente en el terreno de la fe. Así, se inaugura la corriente de pensamiento teológico más destacada de la Edad Media: la escolástica, cuyos pensadores toman elementos de la filosfía clásica en su intento por crear un diálogo entre la razón y la fe cristiana.

Para los católicos o cristianos romanos, su dios es la fuente de todo lo creado y, por tanto, la fuente de la bondad, y esta es una conclusión a la que llegan basados en la fe. Sin embargo, para Anselmo de Aosta también es posible llegar a esta conclusión a través de la razón y para ello construye argumentos que expone en las que quizá sean sus obras más importantes o representativas: Monologium y Proslogium. En ambas, se basa en el debate filosófico entre la objetividad y el convencionalismo en el pensamiento, esto es, la proclamada contradicción entre el asumir que aquello que pensamos tiene una base fundamentada en la realidad exterior u objetiva, o el amumir que se trata de meras ideas que empiezan y terminan en la mente y se comparten con el otro por común acuerdo. Es así como llega a la conclusión de que si hay bondad en los difertentes seres del mundo, pese a no ser iguales, ha de ser porque esta bondad proviende de una fuente compartida por todos ellos, a partir de lo cual deduce que la fuente es externa a tales seres; se trata una fuente que los trasciende, tal fuente de bondad debe ser Dios.

Aquí queda clara no solamente la preocupación de la filosofía medieval por indagar acerca de la naturaleza del dios presentado por el cristianismo, sino un esfuerzo importante de la misma por razonar sobre temas como la bondad y la virtud, interdependientes con el proyecto de vida que el cristianismo, triunfante frente a los dioses de la europa pagana de aquella época, impuso a la sociedad.

A su vez, el estudio de pensadores como Anselmo y su dedicación a la apologética cristiana, nos muestran una peculiar característica de la cultura en Occidente, que se trata de la necesidad que han experimentado la religión y los dogmas dominantes por abrirse un lugar entre los dieferentes cuestionamientos que se les contraponenen. Es posible y además verosímil que en otros contextos históricos y espaciales hayan surgido confrontaciones de índole filosófica frente a la religión dominante, empero, parece ser en el mundo occidental donde esta confrontación y el esfuerzo de los dogmas hegemónicos por explicarse a sí mismos a través de herramientas como la razón argumentativa se presentan con la mayor intensidad. La explicación que propongo para este fenómeno se basa, en parte, en el carácter crítico y especulativo que la filosofía griega antigua imprimió en el pensamiento erudito occidental, tema que se ampliará en otros artículos.

Léxico importante:
- Dogma: idea o conjunto de ideas que se toman por incuestionables y de carácter absoluto con respecto a ello que pretendan explicar. Los dogmas son empleados por diversas doctrinas religiosas para sustentar sus visiones del mundo y del hombre.
- Fe: convicción de carácter no racional según la cual una determinada realidad es existente, verdadera o válida pese a no haber sido experimentada.
-Pagano: desde los inicios del dominio del cristianismo romano en Europa, se les denominó pagano a todos aquellos cultos religiosos que no se correspondieran con las creencias o dogmas relacionados con las interpretaciones bíblicas aceptadas.